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Estudio del paisaje sonoro del perro

    ¿Qué ruidos estresan a los perros? Recurrencia, impacto emocional y acústica

    El vínculo entre los perros y los humanos es profundo y complejo, arraigado en miles de años de coevolución. En este contexto, entender el mundo sensorial de los perros, particularmente su percepción auditiva y su paisaje sonoro, es fundamental para mejorar su bienestar y fortalecer la relación con los humanos. El estudio se enfoca en analizar los sonidos que componen el ambiente acústico de los perros.

    Identificar y clasificar los sonidos ambientales

    El estudio del paisaje sonoro del perro se enfoca en identificar y clasificar los sonidos ambientales que influyen en el entorno acústico de los perros y su impacto emocional en ellos. Se propone un modelo descriptivo compuesto por 79 sonidos clasificados en seis categorías principales, seleccionados para representar la diversidad del paisaje sonoro del perro. A través de una encuesta en línea dirigida a 620 dueños de perros, se evaluó la frecuencia de exposición de los perros a estos sonidos y su sensibilidad emocional hacia ellos.

    Sonidos y su significado en el paisaje sonoro del perro:

    En este estudio, se categorizaron 79 sonidos ambientales en seis categorías principales:

    Perro: Este grupo incluye una variedad de vocalizaciones caninas, como ladridos, gruñidos y aullidos. Estos sonidos son fundamentales en la comunicación entre los perros y pueden indicar diferentes estados emocionales, como excitación, miedo o agresión.

    Accesorios para perros: Aquí se encuentran sonidos asociados con objetos utilizados en el cuidado y entrenamiento de los perros, como silbatos ultrasónicos, silbatos de pastor y limas de uñas. Estos sonidos pueden desencadenar respuestas específicas en los perros, como la atención o la anticipación de una acción por parte del dueño.

    Humano: Esta categoría abarca sonidos producidos por los seres humanos, como voces, risas y aplausos. Los perros están muy en sintonía con las vocalizaciones humanas y pueden interpretar tonos emocionales y significados a través de ellas.

    Ciudad y vehículos: Aquí se incluyen sonidos asociados con el entorno urbano y el tráfico, como el ruido del tráfico, sirenas de ambulancia y fuegos artificiales. Estos sonidos pueden ser estresantes para los perros debido a su naturaleza alta y abrupta, y pueden desencadenar respuestas de ansiedad o miedo.

    Jardín, campo y clima: Esta categoría comprende sonidos naturales, como truenos, viento y lluvia. Aunque algunos perros pueden disfrutar de estos sonidos como parte de su entorno natural, otros pueden sentirse ansiosos o temerosos durante tormentas o eventos climáticos extremos.

    Hogar: Aquí se agrupan sonidos comunes dentro del hogar, como el zumbido de una aspiradora, el portazo de una puerta y el timbre de un teléfono. Estos sonidos pueden ser familiares para los perros, pero algunos de ellos, como el sonido de una aspiradora, pueden causar estrés o malestar.

    Recurrencia de los sonidos y sensibilidad emocional:

    La recurrencia de cada sonido en el entorno del perro se evaluó a través de una encuesta a 620 dueños de perros, quienes proporcionaron información sobre la frecuencia de exposición de sus perros a cada sonido. Los resultados revelaron que la mayoría de los sonidos tenían una recurrencia significativa en el entorno del perro, lo que indica su relevancia en el paisaje sonoro canino.

    En el estudio sobre el paisaje sonoro del perro, se identificaron varios sonidos que fueron recurrentes en el entorno diario de estos animales. Estos sonidos, que van desde los más cotidianos hasta los menos comunes, juegan un papel crucial en la percepción y experiencia auditiva de los perros. Aquí hay una descripción más detallada de los sonidos más recurrentes:

    Palabra con tono positivo: las palabras pronunciadas con un tono positivo, como el elogio o las palabras de afecto.

    Agua que fluye: eel sonido del agua que fluye, ya sea de un grifo, una fuente o un arroyo.

    Puerta que se cierra: este sonido puede indicar la entrada o salida de personas, el movimiento dentro de la casa o la llegada de visitantes, y es una parte integral del paisaje sonoro cotidiano.

    Canto de un pájaro: los pájaros son una fuente común de sonidos en entornos exteriores.

    Coche que pasa/arranca: el ruido de los coches que pasan por la calle o que se ponen en marcha es una presencia constante en entornos urbanos y suburbanos. Este sonido puede ser un recordatorio constante del ritmo de la vida urbana y puede generar diversas respuestas en los perros, desde la curiosidad hasta el estrés.

    Cubiertos metálicos/objeto manipulado: este sonido puede despertar la atención de los perros, especialmente si están asociados con la hora de comer o la preparación de alimentos.

    Palabra de tono neutro: a diferencia de las palabras con tono positivo, las palabras pronunciadas con un tono neutro o sin emociones específicas también pueden ser parte del paisaje sonoro del perro. Estos sonidos pueden incluir comandos de entrenamiento, conversaciones cotidianas o simplemente palabras habladas en voz baja.

    Vajilla de cristal/objeto manipulado: similar al sonido de los cubiertos metálicos, el sonido de la vajilla de cristal u otros objetos manipulados puede ser común en entornos domésticos durante las comidas o actividades diarias.

    Ladridos: el ladrido de otros perros es un sonido frecuente en muchos entornos, especialmente en áreas residenciales y urbanas.

    Vajilla de cerámica manipulada: al igual que con la vajilla de cristal, el sonido de la vajilla de cerámica manipulada puede ser parte del paisaje sonoro durante las actividades diarias en el hogar.

    Risa: el sonido de la risa humana puede ser una presencia común en entornos sociales y familiares.

    Teléfono sonando: este sonido puede generar diferentes respuestas en los perros, dependiendo de su frecuencia y volumen.

    Aspiradora: El sonido de una aspiradora puede ser estresante para algunos perros debido a su naturaleza alta y constante, y puede desencadenar respuestas de ansiedad o miedo en algunos casos.

    Microondas: este sonido puede indicar la preparación de alimentos o la finalización de una tarea, y puede ser percibido de manera diferente por los perros según sus experiencias previas y su nivel de sensibilidad al ruido.

    Abrir bolsa de comida: el sonido de abrir una bolsa de comida puede despertar el interés y la anticipación en los perros, especialmente si están asociados con la hora de la comida o la entrega de golosinas. Este sonido puede desencadenar respuestas de excitación y anticipación en muchos perros, demostrando su sensibilidad a los estímulos relacionados con la comida.

    Además, aproximadamente 25 sonidos fueron identificados como desencadenantes probables de estrés o miedo en los perros, lo que sugiere una sensibilidad emocional negativa hacia estos sonidos.
    Estos son los 10 sonidos que probablemente provocan estrés o miedo en los perros, junto con el porcentaje de sensibilidad reportada a estos sonidos:

    Truenos: con un impresionante 39,3% de sensibilidad reportada, los truenos, especialmente durante tormentas eléctricas, pueden generar una fuerte reacción de estrés o miedo en los perros.

    Fuegos artificiales / petardos: con un 29,3% de sensibilidad reportada, los fuegos artificiales y los petardos son fuentes comunes de estrés para los perros, especialmente durante festividades como la víspera de Año Nuevo o festivales locales.

    Disparos de caza: con un 18,5% de sensibilidad reportada, los disparos de caza pueden ser estresantes o aterradores para los perros, lo que sugiere una reacción negativa significativa a este tipo de ruido.

    Aspiradora: con un 14,8% de sensibilidad reportada, el ruido de una aspiradora puede ser perturbador para muchos perros, lo que puede desencadenar respuestas de estrés o miedo, especialmente durante el proceso de limpieza del hogar.

    Portazo: con un 12,7% de sensibilidad reportada, el sonido de un portazo puede ser estresante para los perros. Este ruido repentino y fuerte puede causar una reacción de miedo en algunos perros.

    Timbre de puerta: con un 10,1% de sensibilidad reportada, el sonido del timbre de la puerta puede desencadenar respuestas de estrés en algunos perros, especialmente cuando se asocia con la llegada de visitantes desconocidos.

    Paso de motocicletas: con un 9,0% de sensibilidad reportada, el paso de motocicletas puede provocar estrés o miedo en los perros. El ruido fuerte y repentino de las motocicletas en movimiento puede ser especialmente perturbador.

    Viento (ráfaga): También con un 9,0% de sensibilidad reportada, las ráfagas de viento pueden ser estresantes para algunos perros, especialmente cuando el viento es fuerte y produce ruidos audibles como el silbido o el rugido.

    Ladrido: el ladrido de otros perros, con un 8,3% de sensibilidad reportada, puede desencadenar respuestas de estrés en algunos perros.

    Paso de camión/tractor/autobús: con un 7,7% de sensibilidad reportada, el paso de vehículos grandes como camiones, tractores o autobuses puede generar estrés en algunos perros debido al ruido y la vibración que producen.

    Las implicaciones prácticas:

    Las implicaciones prácticas de estos hallazgos son variadas y significativas para los tutores de perros, entrenadores, veterinarios y cualquier persona involucrada en el cuidado y bienestar de los perros. A continuación, se presentan algunas de las implicaciones más importantes:

    Reducción del ruido: sabiendo que ciertos sonidos provocan estrés en los perros, los tutores pueden tomar medidas para reducir la exposición a estos ruidos. Esto puede incluir el uso de materiales insonorizantes en el hogar, tener un plan de acción para reducir el estrés durantes tormentas, evitar o positivar el uso de aspiradoras cuando el perro está presente…

    Preparación para eventos ruidosos: durante eventos predecibles como fuegos artificiales o festividades, los tutores pueden preparar un espacio seguro y tranquilo para sus perros. Además de tener un plan de acción para reducir el estrés que estos eventos generan.

    Uso de dispositivos de ruido blanco: los dispositivos de ruido blanco pueden ayudar a enmascarar los sonidos estresantes del entorno exterior, proporcionando un ambiente más tranquilo y relajado para los perros.

    Desensibilización y contracondicionamiento: podemos trabajar con los perros para reducir la sensibilidad a los ruidos mediante técnicas de desensibilización y contracondicionamiento. Esto implica exponer gradualmente al perro a sonidos a niveles bajos y asociarlos con recompensas positivas.

    Descubre también nuestro artículo: Pirotecnia: ¿Qué debo hacer si mi perro tiene miedo a los fuegos artificiales?

    Savel, S.; Legou, T. The Dog Soundscape: Recurrence, Emotional Impact, Acoustics, and Implications for Dog Observations and Dog–Human Interactions. Animals 2024, 14, 279. https://doi.org/10.3390/ani14020279

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