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Impacto del dolor crónico en el bienestar de los perros

    Cómo el dolor impacta el estado emocional de los perros y su relación con el estrés

    El bienestar de los perros, especialmente aquellos con condiciones de salud crónicas, es una preocupación central tanto para los tutores como para los profesionales. El dolor crónico, en particular, puede tener efectos devastadores en la calidad de vida de los perros, afectando no solo su salud física sino también su comportamiento y bienestar emocional. Este estudio investiga el uso de la Animal Welfare Assessment Grid (AWAG) para evaluar el bienestar de los perros con dolor crónico, proporcionando una visión integral de cómo diferentes factores se correlacionan con el dolor y la calidad de vida de estos animales.

    Hallazgos del estudio

    El estudio encontró diferencias significativas en el bienestar entre los perros con dolor crónico y los perros saludables. A continuación, se detallan los principales hallazgos:

    Los resultados de este estudio muestran que los perros con dolor crónico tienen una calidad de vida significativamente peor que los perros saludables, con puntuaciones más altas en todos los factores de bienestar:

    Condición corporal:
    Aunque no se encontraron diferencias significativas en la condición corporal entre perros con dolor crónico y saludables, otros estudios han mostrado que la calidad de vida es más pobre en perros con sobrepeso y obesidad. La condición corporal por sí sola no es un indicador de dolor, pero otros factores combinados pueden proporcionar una imagen más completa del bienestar del perro.

    Evaluación clínica y movilidad:
    No es sorprendente que la evaluación clínica y la movilidad fueran significativamente peores en perros con dolor crónico. La cojera, la marcha alterada, la rigidez y la intolerancia al ejercicio son ampliamente citadas como predictores de dolor crónico en la literatura. Estos factores son predictores comunes de dolor crónico y motivadores para buscar atención veterinaria.

    Alimentación y bebida:
    Los perros con dolor crónico mostraron una alimentación y bebida más pobre, lo cual puede estar asociado con diversas condiciones de salud, como la osteoartritis, el cáncer y problemas de comportamiento basados en el miedo. Aunque no se cita comúnmente en la literatura, la reducción del apetito puede estar asociada con condiciones musculoesqueléticas como la osteoartritis; pero está más comúnmente vinculada a otros trastornos como el cáncer y la enfermedad gastrointestinal y problemas de comportamiento basados en el miedo.

    Agresión:
    La agresión fue más prevalente en perros con dolor crónico, lo que se alinea con estudios previos que indican que el dolor puede reducir el umbral para respuestas agresivas y también pueden actuar como una función defensiva o protectora.

    Reacción a factores estresantes:
    Los perros con dolor crónico mostraron una recuperación más lenta de factores estresantes, lo cual puede estar relacionado con una activación prolongada del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (en inglés HPA) y del eje simpático adrenomedular (SAM), lo que resulta en una frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, presión arterial y glucosa en sangre, cortisol y concentraciones de catecolaminas elevadas. Si un perro ya está en un estado de excitación fisiológica antes de enfrentar una amenaza, la respuesta al estrés será más intensa, por lo que tardará más en normalizarse. El dolor prolongado puede desencadenar una respuesta de lucha o huida persistente en el perro, lo que puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad. Además, la respuesta al estrés asociada con el dolor puede llevar a una reducción en la actividad de la serotonina, y una reducción en la serotonina puede estar relacionada con el comportamiento agresivo en perros.

    Miedos y ansiedades: Se observó una correlación entre la frecuencia de miedos y ansiedades y el dolor crónico en los perros. Esto sugiere que el dolor puede contribuir al desarrollo o exacerbación de problemas de comportamiento relacionados con el miedo y la ansiedad. El estrés crónico asociado con el dolor puede aumentar la sensibilidad del perro a estímulos que normalmente no desencadenarían una respuesta de miedo.

    Factores ambientales:
    Los perros con dolor crónico tuvieron menos opciones, control y previsibilidad en sus vidas, lo que puede resultar en frustración y pérdida de seguridad. Además, estos perros tuvieron interacciones sociales de peor calidad y menor compromiso con el enriquecimiento, posiblemente debido a que los cuidadores limiten su entorno y oportunidades de juego por temor a empeorar el dolor o la evitación del perro de actividades que asocian con malestar. Además, se informa que los perros con dolor crónico tienen más trastornos del sueño y pasan menos tiempo descansando, lo que puede impactar negativamente en el estado emocional y la sociabilidad.

    En el estudio se encontraron varias correlaciones significativas entre la condición corporal del perro, su alimentación, y su reacción a factores estresantes:

    1. Correlaciones positivas:
      • Condición corporal y comer/beber (0,93): a medida que la condición corporal del perro empeoraba, también lo hacían sus hábitos de comer y beber.
      • Evaluación clínica y movilidad/actividad (0,91): la gravedad de los síntomas clínicos aumentaba con la movilidad deficiente.
      • Evaluación clínica y frecuencia de miedos/ansiedad (0,88): los perros con síntomas clínicos más graves experimentaban más frecuentemente estímulos temerosos.
      • Frecuencia de miedos/ansiedad y movilidad/actividad (0,84): a mayor frecuencia de miedos y ansiedad, mayor era la movilidad deficiente.
    2. Correlaciones negativas:
      • Condición corporal y reacción a estresores (-0,79): a medida que la condición corporal mejoraba, el perro tardaba más en recuperarse de un factor estresante.
      • Alimentación/beber y reacción a estresores (-0,74): a medida que la alimentación y la bebida mejoraban, el tiempo de recuperación del perro tras un estrés aumentaba.

    Este último hallazgo es interesante, la mejora en la condición corporal y en la alimentación y bebida se correlacionó con un mayor tiempo de recuperación del estrés. Esto podría deberse a que los perros con sobrepeso, aunque mejoren su condición corporal al reducir su apetito, aún podrían tener su estado emocional negativamente afectado por el dolor crónico, resultando en una mayor respuesta al estrés y una recuperación más lenta. Además, en perros con bajo peso y dolor crónico, condiciones comórbidas como la enfermedad de Cushing podrían mejorar la condición corporal pero mantener el estrés crónico.

    En resumen, los factores como la respuesta a factores estresantes, la frecuencia de miedos y ansiedades, el compromiso con el enriquecimiento y las interacciones sociales pueden ser predictores importantes de dolor crónico. Es crucial para los veterinarios considerar el dolor como un diagnóstico diferencial, especialmente en casos donde los signos clínicos no son obvios.

    Interrelación entre dolor y estrés

    El dolor crónico en los perros puede provocar estrés crónico, y viceversa. Por ejemplo, un perro que experimenta dolor crónico debido a una enfermedad como la artritis puede volverse más estresado debido a la incomodidad constante. Del mismo modo, el estrés crónico puede aumentar la percepción del dolor en los perros, exacerbando aún más su malestar.

    Implicaciones para el día a día con nuestros perros

    Para los tutores y los profesionales, es esencial estar atentos a los signos de dolor crónico en los perros. Estos pueden incluir cambios en el apetito, comportamiento agresivo, menor movilidad, respuestas exageradas a factores estresantes y reducción en las interacciones sociales y el enriquecimiento. Promover un ambiente que proporcione opciones, control y previsibilidad, junto con un manejo adecuado del dolor, puede mejorar significativamente la calidad de vida de los perros con condiciones crónicas. El dolor crónico y el estrés están interconectados y pueden influirse mutuamente en los perros. El manejo efectivo del dolor y el estrés es crucial para garantizar el bienestar general y la calidad de vida de los perros que sufren de condiciones crónicas.

    Los tutores deben colaborar estrechamente con los veterinarios para identificar y tratar el dolor crónico en sus perros y con educadores caninos para los problemas de conductas que derivan del dolor crónico.

    Malkani R, Paramasivam S and Wolfensohn S (2024) How does chronic pain impact the lives of dogs: an investigation of factors that are associated with pain using the Animal Welfare Assessment Grid. Front. Vet. Sci. 11:1374858. doi: 10.3389/fvets.2024.1374858

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